El
Antiguo Testamento, para la mayoría de los grupos
cristianos, es la primera parte de las
Biblias cristianas. Abarca el
Pentateuco, y otras series de libros históricos, sapienciales y proféticos.
En términos generales, no existe un consenso general entre los diferentes grupos de cristianos sobre si el canon del Antiguo Testamento debe corresponder al de la Biblia griega, con deuterocanónicos, que es lo que plantean las iglesias cristianas ortodoxas y católica romana a través de su historia, o al del Tanaj hebreo, que es lo que plantean los Protestantes y los judíos. Sin embargo, el orden, nombres y particiones de los libros del Antiguo Testamento de las Biblias cristianas, a través de la historia, siguen la usanza griega y no la hebrea. Y, de la misma forma, varía del judaísmo en la interpretación y énfasis. (Véase, por ejemplo, Isaías 7:14.) Aparte de los libros propios del texto griego de la Biblia, el canon de la iglesia ortodoxa de Etiopía admite otros libros, como el Libro de Enoc y el Libro de los Jubileos.
Las denominaciones de
Biblia y de
Antiguo Testamento (que presupone la existencia de un
Nuevo Testamento) nunca fueron usadas por los judíos de habla [idioma hebreo|hebrea], y tampoco por algunas confesiones cristianas.
Los judíos dividen los libros del
Tanaj en tres distintos grupos:
Torá (la Ley),
Nebiim (los Profetas) y
Ketubim (los Hagiógrafos).
LOS LIBROS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
El Antiguo Testamento tiene libros de distinto carácter, pudiendo clasificarse en Históricos, Proféticos y Sapienciales, aunque en algunos libros se entremezclan dichos caracteres.
LIBROS HISTÓRICOS
Los Primeros cinco son llamados el Pentateuco: Génesis, Exodo, Levítico, Números y Deuteronomio.
GENESIS: Lo primero que aprendimos en el Catecismo para prepararnos a la Primera Comunión, es el relato de la Creación con la caída de nuestros primeros padres y la promesa del Salvador. Todo eso está en los primeros 11 capítulos de este libro, pero es importantísimo tener en cuenta de que no se trata de una historia en el sentido moderno de la palabra, ya que no es la descripción de hechos históricos. Son relatos alegóricos, comparaciones (como las Parábolas de Jesucristo) que encierran verdades religiosas de gran profundidad. Los personajes Adán, Eva, Noé, etc. representan en realidad a los hombres de ayer y de hoy.
El propósito de estos capítulos es enseñarnos el sentido de la historia y del mundo en que vivimos. El Universo, ¿de dónde, para qué? ¿Qué es el hombre? ¿Porqué la muerte? ¿Qué es el pecado? ¿Quién es Dios?
El Génesis no tuvo un solo autor sagrado sino varios que recogieron textos más antiguos de los Babilonios pero les dieron un sentido nuevo para que expresaran los designios de Dios sobre la Creación.
Tomar en sentido literal estos relatos lleva a muchos a un conflicto indebido entre Fe y Ciencia, ampliamente aprovechado por los maestros de la escuela laica para apartar a sus alumnos de la Iglesia.
A partir del capítulo 12, el Génesis nos pone ya en contacto con personajes de carne y hueso, como el Patriarca Abraham. Podemos decir que se trata de historia aunque con las reservas del estilo usado en aquellos tiempos. Es el nacimiento del Pueblo de Dios y de la Alianza que Dios hace con los hombres.
EXODO: El libro del Exodo es el corazón del Antiguo Testamento. Nos relata la salida del Pueblo de Israel de Egipto, liberado de la esclavitud por “el brazo fuerte de Dios”.Cinco siglos han pasado desde los tiempos de Abraham e Israel se ha asentado para sobrevivir en el fecundo delta del río Nilo, donde ha prosperado. En tiempos del Faraón Ramsés II, son oprimidos y explotados cruelmente. Dios escucha sus gemidos y los libera suscitando un gran líder: Moisés.
La liberación, el éxodo relatado en este libro, se realiza la noche de la primera Pascua, que sigue siendo la celebración litúrgico más importante tanto de judíos como de cristianos.
El texto está formado por varias versiones antiguas y aunque tienen gran valor histórico, contienen ampliaciones de tipo poético o exageraciones de tinte épico. lmportantísimo es el capítulo 20, en donde se relata la proclamación de la Ley de Dios, LOS DIEZ MANDAMIENTOS, en el monte Sinaí. Dios, además de liberar a su Pueblo de la esclavitud de Egipto, lo libera con su ley de la peor de las esclavitudes: el pecado.
LEVITICO: Tanto la Sagrada Familia como el mismo Jesucristo, vivieron y cumplieron “la ley de Moisés”. Israel es un pueblo con una religión muy bien organizada, con autoridades religiosas, fiestas e ideas muy precisas de lo que agrada a Dios.
La mayoría de las leyes de la Biblia están en el Levítico, los Números y el Deuteronomio, Al Levítico se le nombró así porque contiene las Leyes que los sacerdotes de la tribu de Leví debían conocer, practicar y enseñar y contiene tres partes:
Ley de los Sacrificios: capítulos 1 al 8
Ley referente a lo puro y lo impuro: 11 al 15
Ley de la santidad: 17 al 23.
San Pablo nos enseña cómo la Ley era propia de la cultura judía y no se debía imponer a los paganos que se convertían a Cristo.
NUMEROS: Este libro toma su nombre porque empieza por las cifras de un censo del pueblo hebreo. Para él vale lo que se dijo para el Levítico: los censos, sucesos y declaraciones de Yahvé a Moisés son solamente una manera de presentar las leyes que reunieron o redactaron los sacerdotes después de él.
Los capítulos 11 al 14 y 20 al 25 conservan tradiciones y recuerdos muy antiguos referentes al tiempo del desierto, completando lo leído en Exodo.
DEUTERONOMIO: Este libro fue redactado en el siglo VII antes de Cristo, más de 500 años después del encuentro de Moisés con Dios. Israel ha sufrido muchos reveses y la ley había sido olvidada en el templo durante la persecución de Manasés. Fue redescubierta en 622 A.C. y originó la reforma de Josías.
Los autores del Deuteronomio ponen en boca de Moisés los discursos que ellos mismos dirigían al pueblo y le atribuyen las advertencias y las leyes que lo podían salvar.Recoge la predicación de los profetas referente a la justicia y al amor. Es el primer esfuerzo que se haya hecho en el mundo para crear una sociedad solidaria y fraternal.
JOSUE: Moisés condujo a los Israelitas hasta las llanuras de Moab, al otro lado del Jordán. A pesar de la recia dirección de Moisés, Israel no era todavía una nación organizada: era el agrupamiento de varias tribus o familias unidas en una común aventura. Será Josué, después de la muerte de Moisés, el líder que condujo al pueblo a la Tierra Prometida instalándose muchas veces pacíficamente entre las ciudades fortificadas de los cananeos. Vivieron al lado de agricultores y pastores y se relacionaron con ellos, adoptando en muchos casos sus costumbres y hasta sus dioses, corriendo el peligro de desaparecer como pueblo.
Los que salvaron a Israel de la desaparición, fueron un grupo de valientes que con Josué a la cabeza, decidieron conquistar las ciudades de Canaán, conquista que consumaría dos siglos más tarde el rey David.
El libro fue redactado por los profetas en el siglo VII antes de Cristo, cinco siglos después de Josué, reuniendo documentos sin el propósito de narrar una historia exacta y completa.
JUECES: Este libro narra los problemas de Israel para instalarse en la tierra de Canaán, dejando de ser solamente pastores itinerantes para convertirse en agricultores. Se destaca sobre todo la tentación de la idolatría, rodeados como estaban de cananeos paganos, entregados al culto de los Baales con ritos de prostitución sagrada, todo ello muy atractivo.
Surgen entonces hombre llamados Sofetim, que quiere decir Jueces y Jefes, aunque nunca se sentaron en un tribunal. En medio de las crueldades de asesinar a un rey enemigo o guerrear contra los filisteos, Israel vio en ellos a sus salvadores e instrumentos de la justicia de Dios.
Las hazañas de los Jueces, fueron motivo de alegría para aquellos que las relataban y las transformaron poco a poco en leyendas. La secuencia de los acontecimientos es la siguiente:
- Los israelitas se apartan de Yahvé y caen en la idolatría.
- Por eso, Dios los entrega en manos de sus enemigos.
- Los israelitas reconocen sus errores y claman a Yahvé.
- Dios responde en la persona de un libertador.
SAMUEL: El libro de Samuel está dividido en la Biblia en dos y nos descubre la obra de Dios en el corazón de los hombres y la manera como estos cooperan al reino de Dios.Con serenidad se narran tanto las hazañas como las faltas de David, que siendo débil en algún momento, es sin embargo, modelo de creyente. La profecía de Natán será decisiva para el porvenir: el reinado de David en Jerusalén y Palestina, desembocará en el Reino universal de Dios: Jesucristo, Hijo de David, es el Rey del Universo.
REYES: David tomó Jerusalén 1000 años antes de Cristo y a la muerte de su hijo Salomón, el Pueblo de Dios, en 932, se dividirá. El reino del norte, llamado de Israel, durará tan solo dos siglos mientras que el sur, Judá, durará hasta 587, año de la destrucción de Jerusalén, del Templo y del Destierro a Babilonia por Nabucodonosor. Abarca el libro cuatro siglos en total.
Es un tiempo muy importante porque surgen los grandes Profetas, Isaías, Jeremías, etc. y un grupo de profetas que narran gran parte de la historia del Pueblo de Dios. Los capítulos referentes a Elías y Eliseo forman un conjunto aparte.
CRONICAS: El autor de las Crónicas quiso demostrar que el porvenir del pueblo judío dependía de la fidelidad a la Ley de Moisés y a las prescripciones del culto. Repite lo que ya estaba relatado en Samuel y los Reyes acerca del pueblo de Judá, haciendo a un lado totalmente lo acontecido en el reino de Israel.
El provecho que el creyente puede sacar de este libro un tanto aburrido es la certeza de que lo importante es cumplir la voluntad de Dios: lo demás vendrá como regalo suyo.
ESDRAS Y NEHEMIAS: Cuando Nabucodonosor invadió Palestina, se llevó a Babilonia secuestrados a los principales de los judíos el año 587. El destierro en Babilonia duró hasta 538, pero no toda la población fue desterrada: quedaron en Palestina pequeños agricultores sin jefes ni responsables espirituales. La nación desapareció prácticamente pero resurgió gracias a los desterrados que volvieron liberados por el persa Ciro en 538 y se organizaron bajo la dirección de Esdras y Nehernías.
El peligro al regresar era que al encontrarse entre extranjeros y judíos poco conscientes de su misión, se perdiera el entusiasmo. Esdras y Nehemías los mantuvieron unidos entre sí sobretodo entorno a la obra bíblica reuniendo por primera vez todos los libros sagrados y hacerlos la base de la religión. Esdras dió los rasgos propios a la comunidad manteniéndolos apartados de los gentiles como un pueblo consagrado a Dios.
MACABEOS: Después de Esdras y Nehemías, bajo el imperio Persa los israelitas pudieron vivir en paz y establecer sus comunidades comerciales por todo el Mediterráneo. Pero cuando Alejandro Magno se adueñó de todo el mundo conocido, la cultura griega fue impuesta por sus sucesores. Los Tolomeos fueron condescendieses con la religión y costumbres de los israelitas, pero en el año 197 A.C. Los Antíocos desataron una feroz persecución. Fue cuando surgieron los Macabeos que preferían la muerte antes que renegar del Dios de sus padres. Estos dos libros, nos relatan las hazañas de los cinco hermanos Macabeos entre los años 170 al 130 a.C.
LIBROS PROFETICOS
En el Pueblo elegido se produjo un fenómeno único: Dios habla al hombre por medio de los profetas, para educarlo en la Fe, orientarlo a su plenitud, corregir sus desviaciones, preparar la venida del Hijo de Dios.
ISAIAS: El más grande de los Profetas es sin duda Isaías, no tan solo por la extensión de sus escritos, sino por el mensaje que entrega y la belleza incomparable de sus poemas.
Isaías vivió siete siglos antes de Cristo, cuando Israel se vió envuelto en las guerras entre Asur y Egipto. Por los años 701 – 691, Senaquerib, rey de Asur, viene a someter a Judá. El rey Ezequías, animado por Isaías, le resiste y sucede la célebre liberación milagrosa de Jerusalén.
No todo el libro de Isaías fue escrito directamente por él, ya que fue completado por sus discípulos siglo y medio más tarde.
De importancia excepcional en este libro son la profecía del Mesías nacido de una Virgen y el poema del Siervo de Yahvé, que rompe con los esquemas mentales que los judíos tenían de un Mesías guerrero y liberador de imperios temporales.
JEREMIAS: Un muchacho de Anatot, llamado Jeremías, recibe de Dios el llamado en 626 a.C. de profetizar no tan solo a Israel, sino a todas las naciones. Y no tan solo para predicar, sino para “arrancar y destruir, edificar y plantar”. Se trata de acelerar la historia, apresurar la venida de Jesucristo.
En algunas versiones Bíblicas aparecen las “Lamentaciones de Jeremías” como un libro aparte y es por eso que los libros de la Biblia pueden ser 72 o 73.
EZEQUIEL: Las palabras duras que Ezequiel pone en boca de Dios, no deben hacernos olvidar otras páginas de la Biblia en que Dios nos habla con cariño. Un verdadero padre, también debe corregir y castigar al hijo que se ha portado mal. Así sucedió con el Pueblo de Israel.
Ezequiel es un joven sacerdote que fue deportado en 598 y anunciando la destrucción de naciones extranjeras, profetiza el retorno de Israel a Jerusalén porque Dios no quiere que su Pueblo desaparezca.
OSEAS: El amor de Dios por la humanidad es expresado en el libro de Oseas comparándolo con el amor conyugal. Y así como el Profeta sufre en carne propia las infidelidades de su esposa y es obligado a perdonar, Dios perdona los desvaríos de su Pueblo y perdona una y otra vez.
En el capítulo 14 se abre una esperanza para el futuro.
JOEL: Los Profetas saben que lo que pasa es providencia divina y ante la devastación de una plaga de langostas, Yahvé hace oír su voz. Joel es quien anuncia el día de Pentecostés.
AMOS: Ocho siglos antes de Cristo, Amós un humilde pastor es enviado por Dios a denunciar la injusticia social reinante: mientras algunos nadan en la riqueza, el pueblo padece miseria. Amós nos revela a un Dios que defiende el derecho de los pobres.
ABDIAS: Escrito probablemente entre el año 500 a.C. y antes de la conquista de Edom en el año 312. Sus poemas están llenos de gritos de venganza que en el fondo demuestran su fe en la justicia de Dios.
JONAS: El autor del libro de Jonás bien merece el título de Profeta, ya que en este relato no histórico sino semejante a las parábolas de Jesucristo, habla de verdades que olvidaban los de su tiempo. No critica a los idólatras sino más bien a los judíos que encerrados en su nacionalismo, olvidaban que Yahvé es Dios para todos los hombres del mundo.
MIQUEAS: Es contemporáneo de Isaías pero es hombre de campo al que Dios llamó y le dio “fuerza, justicia y valentía” para denunciar los pecados de Israel y anunciar la prosperidad de Jerusalén en tiempos futuros.
NAHUM: Nahúm es un Profeta patriótico y además poeta. Vivió cuando el Imperio Asirio se desmoronaba. Muchos pueblos los odiaban, entre ellos los Judíos, cuando en 612 a.C. los Medos y los Babilonios destruyeron Nínive, capital de los Asirios. Nahúm nos dice que Dios es quien gobierna la historia de los pueblos.
HABACUC: Es el Profeta que se atreve a pedirle cuentas a Dios, Su justicia no se ve clara: de una opresión, Israel pasa a otra peor. Yahvé nos pide solamente que nos mantengamos fieles.
SOFONIAS: Por el año 630, Sofonías habla para decir que la paciencia de Yahvé no soporta más y va a destruir a Jerusalén. Pero también anuncia que Dios va a formar un “pueblo de pobres” en medio de los cuales vivirá.
AGEO: Encabeza a los Profetas posteriores al destierro. Habiendo pasado la prueba, la comunidad judía debe reconstruir antes que nada el Templo. La madurez del pueblo se dará en la fidelidad a la Ley y al culto.
ZACARIAS: Participa como Ageo en la “restauración” del pueblo y del Templo 520 a.C. El Templo es un símbolo: un tiempo nuevo ha empezado y hay que preparar el Día de Yahvé.
MALAQUIAS: Interviene para corregir varias costumbres malas de la comunidad. Yahvé discute con los razonadores que le piden cuentas y no reconocen su amor.
DANIEL: Fue costumbre en dos siglos anteriores a Cristo, hablar de los hechos que estaban sucediendo como si Dios los hubiera dado a conocer en tiempos anteriores. Es el caso del libro de Daniel que en realidad fue escrito en tiempo de los Macabeos durante la persecusión de Antíoco Epifanes. El mensaje puede resumiese así:
- La gran persecución contra los judíos hace parte del plan de salvación.
- No conseguirán destruir al pueblo creyente.
- Después de la persecución vendrá el Reino dé Dios.
Es una ficción literaria en donde por medio de visiones, números misteriosos, colores simbólicos, etc., (estilo apocalíptico) se afirma que el plan de Dios se está cumpliendo.
Muy importante es el pasaje en que el texto habla del Hijo del Hombre (7,9-14), título que Jesús se aplica en varias ocasiones. Se afirma igualmente la resurrección de los muertos (1 2,1-3) y en 9,21-27 hay una profecía que se ha prestado para especular acerca del fin del mundo, pero que en realidad está relatando los hechos sucedidos entre 587 y 171 a.C. Es inútil. manipular las crifras para calcular el fin del mundo que ni el mismo Cristo quiso revelar.
LIBROS SAPIENCIALES
JOB: Como en el caso de Jonás, Job es un personaje no histórico. El autor aborda uno de los interrogantes más preocupantes de la humanidad: el mal. Reducido Job a la más terrible de las miserias, este bellísimo poema nos lleva a reflexionar sobre lo insatisfactoria que es la vida del hombre.
Job clama a Dios con toda su fuerza y la respuesta de Dios no deja de ser asombrosa.
PROVERBIOS: Todos los pueblos, de cualquier tiempo, han tenido hombres que reflexionan sobre las cosas de la vida: la riqueza, la fortuna, la conducta de los hombres, etc. En Israel, en tiempos de Salomón, se desarrolló la literatura sapiencial y surgió el libro de los Proverbios. Es Palabra de Dios, como los libros proféticos, pero de otro tipo. la mayor parte del libro es muy antigua, pero se extiende hasta el siglo II a.C. Es célebre el capítulo 8.
ECLESIASTES: El autor de este curioso libro vivió probablemente entre los siglos IV y III a.C. y toma el seudónimo de “Eclesiastés” personificándolo como el Rey Salomón, notable por su sabiduría. El tono un tanto pesimista resalta las deficiencias y limitaciones del ser humano, invitándolo a vivir plenamente el día presente y dejando el resto en manos de Dios.
CANTAR DE LOS CANTARES: Una pareja de enamorados dialoga como en un sueño lleno de figuras sensuales sin mencionar siquiera a Dios y sin embargo este libro es parte de la Biblia. El amor humano no era cantado así en las culturas de oriente. El Cantar nos entrega el mensaje religioso de toda la Biblia, que es la búsqueda del amor. Todo amor verdadero viene de Dios y es algo de Dios.
RUTH: Esta encantadora novela nos entrega una tradición muy antigua que afirmaba que entre los antepasados de David, había una mujer extranjera, moabita. Nos relata la cultura sencilla de los campesinos y abre el nacionalismo celoso propiciado por Esdras, al aceptar a una extranjera en la comunidad de Dios.
ESTER: Las novelas reflejan con personajes ficticios, situaciones históricas, angustias o logros, modos de pensar en un momento dado. Es lo que sucede con Ester: habían muchos Judíos en países extranjeros, lejos del templo, siempre en peligro, discriminados y perseguidos, sostenidos en la fe tan solo por la Palabra de Dios. Gracias a la intervención de Mardoqueo y Ester, el pueblo judío es salvado del exterminio.
TOBIAS: Como el libro de Ester, Tobías es una novela bellísima que nos deja ver muchas de las costumbres y virtudes, no exentas de peligro, del pueblo de Israel. Valores como la fidelidad a Dios, la familia, honestidad, paciencia en las penas, confianza en Dios, etc… se entretejen hacia un final feliz.
JUDIT, Cuando el pueblo fuera fiel a la Ley, Dios lo defendería de sus enemigos (Gén.12,2-3). En esta novela, Dios suscita a una mujer, Judit, para que con tanta astucia como heroísmo, libere a Israel del peligro que lo amenazaba.
BARUC: Es de los últimos libros escritos antes de Cristo en una de esas comunidades judías que vivían fuera de Palestina, Como tiene algunos párrafos al estilo de Jeremías, se le atribuyó falsamente a su secretario Baruc.
SABIDURIA: la cultura griega había llegado a Palestina a partir de Alejandro Magno, y el Pueblo de Dios, sin renunciar a la Revelación, tiene que presentarla de una manera nueva, dando una respuesta a la angustiosa cuestión del mal, del dolor y de la muerte. Habla de la existencia de Dios (cap. 13) inspirando a San Pablo. Fue escrito en Egipto entre 80 y 50 a.C.
SIRACIDES: También llamado “Eclesiástico”, fue escrito dos siglos antes de Cristo por Jesús-Ben-Sirá (hijo de Sirá) y muestra una síntesis de las tradiciones y enseñanzas de los sabios de Israel. Era necesario rescatar a sus contemporáneos que atraídos por la cultura griega, consideraban anticuada a la religión judía.
Ningún pueblo aparte de Israel, tiene la”sabiduría” venida de Dios. La Ley de Dios lleva a una vida personal y social más humana, más inteligente y responsable.
SALMOS: ¡Cuánto se ha escrito acerca de esta colección de 150 oraciones inspiradas, de gran contenido poético! Tanto Israel como la Iglesia han orado por más de 3000 años con el Salterio que contiene himnos, acciones de gracias, súplicas colectivas o individuales o lamentaciones.Escritos por varios autores (algunos salmos se atribuyen al Rey David), en circunstancias diversas del Pueblo de Dios, no siempre es fácil su comprensión o rezar con ellos, pero siempre encontraremos el modo de orar aplicándolos a nuestras propias vidas y vicisitudes.